Del 10 al 18 de noviembre / Edificio Administrativo de Matalpino.

Francisco Gómez, más conocido como «Paquillo», nace el 24 de julio de 1927 y nos deja el pasado 14 de marzo con una sorpresa en la forma de una obra en madera, cuya existencia no se había hecho pública hasta ahora. Natural de Madrid, emigra a tierras francesas en 1956, donde encuentra trabajo como albañil. Allí permanecerá muchos años, entre Lyon y los Alpes, mostrando ya su predilección por la montaña. Sólo regresa a España con ocasión de su matrimonio con Felipa, mujer leonesa que lo acompaña de vuelta a Francia. Durante sus días de trabajo en una empresa yesera, Francisco sufre un trágico percance y pasa largos meses convaleciente. Es precisamente en ese periodo cuando descubre su pasión por la talla de madera y perfecciona su técnica de trabajo en un taller improvisado, empleando sus propias herramientas. Los curiosos bajorrelieves y la gran pericia del madrileño no tardan en llamar la atención de la prensa local francesa, a quien Francisco confiesa su deseo de organizar una exposición.

A Francisco nunca le faltó la compañía cuando decidió volver a España en 1989 e instalarse en Mataelpino, primero en la casa de su hermana Teresa y, más tarde, con su madre Antonia en la calle Chorretas. A pesar de ser el tercero de once hermanos, en el pueblo lo recuerdan como una figura solitaria y muy celosa de su intimidad, que disfrutaba paseando por la Sierra de Guadarrama. Sus hermanas destacan su trato afable y su generosidad, cualidades de las que también da fe su amiga Paca al relatar cómo elaboraba servilleteros, perchas y otros artículos para su tienda y al resaltar su buena disposición para arreglar muebles, construir maquetas, librerías o taburetes, instalar contraventanas o atender a cualquier petición de los vecinos, como ocurrió con las placas que indican los números de las viviendas en la calle de Doña Irene. Artista introvertido que se expresaba a través de un estilo personal «rústico», como lo califican sus hermanas, Francisco mostraba una vertiente más reivindicativa de su carácter en su faceta como poeta. Pero esa es ya otra historia…

 

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