ELENA G. CORTÉS

Municipio: San Lorenzo del Escorial

«La obra, esa realidad-espejo en la que reflejar mis miedos y mis asombros; mis progresos, mis creaciones. La constante evolución de mi ser a través del roce con la vida, reflejada en ese cristal en el que se significa el soporte plano y sobre el que se vierte la materia plástica. 

Trabajo con ideas, que van creciendo y configurando una suerte de escenarios, conectados por un verbo común: el color y sus conjugaciones. 

Los planos van abriéndose paso, de entre los demás elementos que construyen mis imágenes. Masas de color que se acercan o se hunden. Exploro la composición. Horizontes y primeros planos. Arquitecturas que tensan y delimitan el escenario de mis experimentos.

Cromatismo. Reminiscencia de mi contacto con las cosas, con los otros, con la naturaleza. Con lo sentido y aprehendido. Todo ello amuebla y modela el interior de mí, y es materia de mi relación con el universo.

El color, ese sutilísimo instrumento, es el motor principal y también el escenario donde se desarrolla todo el argumento de mi experimentación.

En él se da juego a un número ilimitado de sensaciones, emociones y experiencias profundas, las cuales tienen la cualidad de ofrecernos nuestro, a menudo, inescrutable espacio interior.
Crear con la argamasa del color y el tapiz de las texturas, ofreciendo imágenes, atmósferas que inunden de sensaciones y que provoquen pensamientos, quizá recuerdos, quizá aventuras penetrando en esa selva de textura y color con la que se configuran mis imágenes.

Escombros y cenizas. Hallazgos y asombros. Semillas y frutos. Caminos hacia el interior de nuestro ser.
Amasijos de ideas que antes fueron nuestros códigos de fe. Cenizas de los fuegos que en otro tiempo prendieron en nuestros corazones.

Las simientes de nuestro transitar vital, a lo largo de las cadencias del tiempo que nos acompañan.

Desarticulando el espacio y configurando nuevos encuadres, fruto de la experiencia interior, voy modelando mi propio paisaje, a partir de la expresión de mi universo plástico, reuniendo rastros, gestos, recuerdos, a través de mi experiencia en el mundo.

Pido a aquel que, de algún modo conecte con mi obra que, al contemplarla, la filtre por el tamiz de su visión, por la urdimbre de su pensamiento, por los rastros de su memoria. Que escrute su ser interno, después de haber sido removido, afectado, transformado, con aquella materia prima que se le ofrece…»