ALEJANDRA DEZA

Municipio: Galapagar

Movimiento, calma, tormenta, escucha, espacio, cuerpo, observación.

Nació un 27 de febrero de 1993, y desde entonces su camino ha sido inquieto, de búsqueda.

Quién es su cuerpo, cuál es su lenguaje. 

Se traspone, se transforma, cambia.

Se formó en la gimnasia rítmica durante 13 años, hasta entender que necesitaba algo diferente. Fue entonces cuando decidió centrarse en la danza; contemporánea, clásica, jazz, moderna. Comenzó su carrera universitaria de danza contemporánea en el instituto Alicia Alonso de la URJC de Madrid, y fue cuando terminó que descubrió la danza suspendida con arnés. Amor a primera vista. Desde ese momento su formación en esta disciplina no ha cesado. Ha pasado por diferentes profesionales como Eleonora Dall’asta, Bárbara Foulkes , Magalie Lanriot, Roel Seeber, Juan Leiba. Además, realizó dos másteres, uno enfocado en la Arteterapia en ISEP, Madrid, y otro en Circo Contemporáneo en UNIARTS, Estocolmo. De este último nace su actual y primer proyecto ‘CUBEA’.

Cubea es un diálogo de movimiento, silencio, complicidad y calma. Una ruptura de jerarquías para crear lugares horizontales entre cuerpo y espacio, humano y no humano, artista y aparato.  Cuando esto ocurre los cuerpos ocupan, rehabitan y encarnan, del mismo modo que el espacio se transforma. ¿Qué puede ofrecer el espacio? ¿y el cuerpo? ¿Quién [qué] mueve a quién [qué]? ¿Qué diálogos se generan? ¿Cómo podemos hacer visible lo invisible? Un lenguaje nacido desde la vulnerabilidad para crear una instalación viva. Una pieza sobre transformación y escucha, sobre la sinceridad constante del cambio.

Actualmente, trabaja en la compañía de circo La Glo como intérprete de danza vertical en Bilbao, es profesora de danza vertical en la escuela Vuela de Madrid, da sesiones de danzaterapia online, y, además, está haciendo trabajos de administración en la escuela de circo Carampa de Madrid.

Además de su trabajo sigue formándose de manera autodidacta en la danza suspendida y ha comenzado tanto a entrenar como a enseñar mano a mano e icarios.

El cuerpo como espacio, el espacio como cuerpo. 

El circo lento como nuevo objetivo.

La calma y la quietud como compañeras.

La vulnerabilidad como acción. 

Desde el ruido escuchando el silencio.