Del 1 al 14 de marzo / Sala de Exposiciones Pedro Lorenzo. Soto del Real.
El proyecto “Tierra de Campos”, es dar a conocer los diferentes aspectos de la presencia del hombre sobre estas tierras, con la intención de mostrar la huella que dejamos a nuestro paso.
Es una reflexión sobre las realidades del abandono, así como una crítica a la sociedad, en un entorno de poblaciones medio abandonadas por la despoblación, la emigración a las grandes ciudades y por ende el de los palomares abandonados a su suerte. Es un remover las conciencias y no olvidar nuestro pasado que nos ha configurado lo que somos hoy como personas y sociedad.
A lo largo de tres años y fotografiar más de 75 poblaciones, realizar más de 3.000 fotografías, sin la pretensión de registrar la totalidad de los palomares, pero si dar una clara visión de la situación actual de los mismos.
Se calcula que hay unos 3.000 palomares solo en Tierra de Campos., formando la mayor concentración de palomares del mundo. Algunos autores elevan esta cifra hasta los 7.000, y en su máximo esplendor llegaron a haber hasta 10.000.
Los palomares con construcciones de planta circular, las más. De forma cuadrada o rectangular y en raras ocasiones poliédrica. Los hay con patio interior y otros sin él. En este caso el tejado puede disponer de diferentes niveles, con lo que se llega a tener un aspecto en muchas ocasiones muy atractivo visualmente y rematados con motivos ornamentales.
Los palomares de Tierra de Campos son ricos en sus formas arquitectónicas y su sinfín de detalles decorativos, que los hacen únicos en su tipo.
Por su importancia en la economía familiar, el propio derecho romano estableció ciertas normas de caza y cría de palomas. En la Edad Media la posesión de palomares era un privilegio reservado a los señoríos en lo que se llamó “derechos de palomar”. Como ejemplo de la protección de estos derechos es conocida la ley dada por Enrique IV en las Cortes de León y Castilla en 1465.