Sábado 28 de octubre / Centro Kerala. Becerril de la Sierra / 19:30h.

Impartido por David Smy / Aportación: 12€

 

Instrumentos:

  • Cuencos Tibetanos, Gongs Nepalís.
  • Bendir (pandero oriental), Rebad, Dombra.
  • Flauta Nativo Americana, Bansuri, Ney.
  • Didgeridoo, Voz y Cantos tribales.

 

Los armónicos producidos por estos instrumentos interactúan en nuestros diferentes tipos de cuerpos sutiles, físico y ondas cerebrales, lo cual nos ayuda a entrar en niveles  alterados de conciencia donde se encuentran los estados de sanación y místicos, ofreciéndonos una mayor receptividad a la autosanación.  Asimismo, tienen la capacidad armónica de producir efectos beneficiosos en nuestro ser y sobre nuestros diferentes puntos energéticos o chakras .

Estas sesiones proporcionan a la persona una vibración saludable en todos los niveles orgánicos, mental o psicológico, emocional y espiritual.

 

Cuencos Tibetanos: según la tradición están hechos por aleaciones de 7 metales: oro, plata, mercurio, cobre, hierro, estaño y plomo. No son exclusivos del Tíbet, pueden encontrarse en Mongolia, Siberia, Japón, Nepal, Vietnam, la India y algunas provincias de China. Su sonido es metálico, fascinante, intrigante y a la vez misterioso. Cada metal produce su propio sonido. Algunos autores comentan que han sido creados con intencionalidad y son utilizados como guías en ritos ceremoniales, en el despertar de la conciencia y en la curación de enfermedades tanto físicas como psíquicas.

Su sonido calma la mente, apacigua el cuerpo, brinda paz interior, recarga nuestro sistema energético, alivia el sufrimiento y el dolor (físico y emocional), reduce la ansiedad, la angustia, el estrés, la depresión, la tristeza, el insomnio y la hiperactividad. Son eficaces para aliviar los dolores de cabeza, musculares, de espalda, emocionales para regular la presión arterial. Así como para mejorar la concentración y la creatividad. En general se aumenta la sensación de bienestar al armonizar o equilibrar todos nuestros sistemas.

 

Gong: es un instrumento arcaico utilizado hace miles de años en muchos ámbitos del quehacer humano. Sin embargo, destaca principalmente en rituales o ceremonias de carácter transcendental (naciemientos, muertes…) en las que el ser humano cambia de un estado de vida a otro. No requiere de amplificación artificial y sumerge al oyente en el mundo de lo trascendente y lo mágico. Sus sonidos nos envuelven de armónicos poderosos que modifican nuestra vibración energética y la del mundo.

Los estudios más recientes lo consideran un elemento muy útil en el campo de la meditación, ya que su sonido provoca un estado modificado de la conciencia instantáneo. La resonancia y profundidad de su sonido crea una relajación profunda, liberándonos del torrente de pensamientos que nuestra mente descarga y estimula el sistema glandular.

Un baño con gongs es una inmersión completa en el sonido de los armónicos de estos poderosos instrumentos, que te llevan a un estado de profunda relajación. Te puede ayudar a liberarte de bloqueos mentales y emocionales, reducir el estrés y las tensiones del cuerpo físico, equilibrar la mente y las emociones, estimular el sistema glandular, regenerar el sistema nervioso, limpiar, armonizar y sanar tu alma, conectarte con tu verdadera esencia.

 

Flauta Nativo Americana: está íntimamente relacionada con la sabiduría de quienes la hacían, convirtiéndolas en instrumentos musicales de gran belleza, simple, pero con un sentido profundo del misticismo y la naturaleza. Su aspecto y su sonido entroncan con esa clase de magia ancestral que bebía de sus antepasados y de una cultura milenaria. Los nativos americanos llevaron a su cénit la conexión entre fabricar la flauta y tocar este instrumento con verdadera alma, conectando de una forma íntima con nosotros mismos y la naturaleza. Así, la flauta se convierte en ese instrumento sencillo de viento que nos permite comunicar con notas musicales nuestros sentimientos y sensibilidad interior.

Es uno de los más bellos instrumentos musicales, con sonidos armoniosos de profundo significado que conmueven a quien los escucha, llevando relax y buenas vibraciones, combatiendo el estrés y el ritmo frenético de un mundo caótico. Su música equilibra nuestros sentidos y armoniza nuestra alma, despertando la energía de cambio que llevamos dormida dentro y que sincroniza con los latidos de la naturaleza.

 

Didgeridoo: no es la palabra aborigen que designa a este instrumento, sino la que le dieron los europeos en sus primeras visitas a la isla. Aunque, según los diferentes dialectos aborígenes, existen decenas de palabras para designarlo, la más comúnmente utilizada por los aborígenes es “Yidaki”, que significa “instrumento de conexión espiritual”.

Desde tiempos remotos los aborígenes hacían uso de sus propiedades: como símbolo cultural e identificativo de su procedencia, para ritualizar en distintos contextos las bases de su existencia, como objeto ritual y de mimetización teatral con el entorno, como acompañamiento de la voz y también como instrumento solista.

Dentro de los clanes aborígenes, y todavía hoy en día, denota distinción en el rango o casta de las capacidades del músico que lo toca. Generación tras generación es transmitido un sistema propio de ser tocado por los clanes de aborígenes del noreste de la Tierra de Arnhem (Territorio del Norte de Australia). Su conocimiento para tocarlo se transmite de padres a hijos y de maestro a alumno.

Las connotaciones arcaicas y su sonido característico lo convierten en un instrumento óptimo para la musicoterapia: tanto para el que toca (que puede utilizarlo como instrumento para guiar sus meditaciones, al tener que observar constantemente el sistema respiratorio y armonizar los centros energéticos o chakras), como para el que escucha. Resulta beneficioso en los aspectos siguientes: alivio del estrés y la ansiedad, mejora de la oxigenación del cuerpo y de la capacidad de concentración, mejora de la creatividad, mejora de la visión (física, mental y espiritual), equilibrio de los hemisferios cerebrales, alivio de los dolores de cabeza, aumento de la energía por medio de la estimulación del líquido cefalorraquídeo.

El didgeridoo produce un tono bajo y una gran variedad de armónicos, en un sonido a menudo muy similar al acorde de voz de los monjes tibetanos.

 

centrokerala.com

 

 

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